Existe un proyecto de investigación bastante ambicioso y loable llamado Niños del milenio - Información para el desarrollo.A lo que aspira es a hacer un seguimiento por un periodo de 15 años de 12 000 niñas y niños en cuatro países del mundo, entre los cuales está Perú. Este proyecto se inició en el 2000 y se planea que termine en el 2015 habiendo generado toda clase de información útil. Con esto se espera poder comprender mejor las causas y las consecuencias de la pobreza infantil y ver si las políticas públicas afectan positiva o negativamente el bienestar. De esta manera se genera conocimiento para en el futuro poder diseñar e implementar de mejor manera las políticas orientadas a reducir la pobreza infantil. Este proyecto cuenta con el apoyo de los gobiernos de los cuatro países, de Save the Children y de la Universidad de Oxford, así como de otras universidades del Reino Unido.
Para el Perú este proyecto ya ha estado generando información muy útil y publicaciones bastante interesantes a las que se puede acceder en este enlace. Después de todo, la información que está levantando este proyecto es bastante rica y variada. Un informe que me pareció particularmente pertinente fue el titulado Empezando la escuela: ¿Quién está preparado?. Reconociendo la importancia de la etapa de transición entre la educación inicial y el primer grado, este documento busca entender por qué en América Latina las tasas de deserción y de repetición en el primer grado son altas.
Un primer hallazgo, que en realidad es algo que ya se viene insistiendo en varios informes, es que cada vez hay más disponibilidad del servicio público de educación. Entre el 1998 y el 2006 el número de centros de educación inicial se incrementó en 20%, contando a los de educación formal como a los de educación no formal. Esto, sumado a otras mejoras, ha permitido que la matrícula crezca fuertemente. En 1985 apenas el 26,5% de los niños entre tres y cinco años eran matriculados en educación inicial. Para 2005 el porcentaje llegaba a más del 60%.
Esta data -que vista a nivel agregado desde Lima puede parecer sospechosamente sorprendente- los investigadores lo pudieron comprobar al viajar a las comunidades en las que realizaron los estudios ubicadas en Rioja (San Martín), en Andahuaylas (Apurímac), en San Román (Puno) o en un barrio de Lima. Encontraron que si bien hubo buena presencia de escuelas secundarias y en menor medida de educación primaria, la inicial estaba disponible solamente en 76% de las comunidades visitadas. En el caso de la educación inicial tener un centro en un poblado cercano no ayuda, pues niños pequeños no pueden desplazarse todos los días de una comunidad a otra, de tal manera que ahí se indica una tarea pendiente.
En todo caso, mientras que la mayor cobertura y el incremento en la matrícula es una noticia positiva, quedan aún otros problemas que abordar. Por ejemplo, se reporta que hay relativa poca coordinación entre los docentes de inicial y los de primaria. Esto es algo grave, pues se trata de una transición difícil para muchos chicos. En ese sentido, quizás no haya la exigencia institucional que obligue a los maestros a organizar coordinadamente esa transición. Pero en la ausencia de una política se hace necesario que espontáneamente hagamos el esfuerzo de ponernos en contacto con la persona indicada y conversemos con él o ella.
Para el Perú este proyecto ya ha estado generando información muy útil y publicaciones bastante interesantes a las que se puede acceder en este enlace. Después de todo, la información que está levantando este proyecto es bastante rica y variada. Un informe que me pareció particularmente pertinente fue el titulado Empezando la escuela: ¿Quién está preparado?. Reconociendo la importancia de la etapa de transición entre la educación inicial y el primer grado, este documento busca entender por qué en América Latina las tasas de deserción y de repetición en el primer grado son altas.
Un primer hallazgo, que en realidad es algo que ya se viene insistiendo en varios informes, es que cada vez hay más disponibilidad del servicio público de educación. Entre el 1998 y el 2006 el número de centros de educación inicial se incrementó en 20%, contando a los de educación formal como a los de educación no formal. Esto, sumado a otras mejoras, ha permitido que la matrícula crezca fuertemente. En 1985 apenas el 26,5% de los niños entre tres y cinco años eran matriculados en educación inicial. Para 2005 el porcentaje llegaba a más del 60%.
Esta data -que vista a nivel agregado desde Lima puede parecer sospechosamente sorprendente- los investigadores lo pudieron comprobar al viajar a las comunidades en las que realizaron los estudios ubicadas en Rioja (San Martín), en Andahuaylas (Apurímac), en San Román (Puno) o en un barrio de Lima. Encontraron que si bien hubo buena presencia de escuelas secundarias y en menor medida de educación primaria, la inicial estaba disponible solamente en 76% de las comunidades visitadas. En el caso de la educación inicial tener un centro en un poblado cercano no ayuda, pues niños pequeños no pueden desplazarse todos los días de una comunidad a otra, de tal manera que ahí se indica una tarea pendiente.
En todo caso, mientras que la mayor cobertura y el incremento en la matrícula es una noticia positiva, quedan aún otros problemas que abordar. Por ejemplo, se reporta que hay relativa poca coordinación entre los docentes de inicial y los de primaria. Esto es algo grave, pues se trata de una transición difícil para muchos chicos. En ese sentido, quizás no haya la exigencia institucional que obligue a los maestros a organizar coordinadamente esa transición. Pero en la ausencia de una política se hace necesario que espontáneamente hagamos el esfuerzo de ponernos en contacto con la persona indicada y conversemos con él o ella.